El exceso de estrés es una amenaza permanente

estrésEl exceso de estrés es una amenaza permanente para los seres humanos que viven en la sociedad de nuestra época. La complejidad creciente de la actividad humana genera en muchas personas una sobrecarga excesiva de información que desborda la capacidad de su cerebro para procesarla y digerirla.

El exceso de tensión mental producido por una acumulación de información que el cerebro no puede procesar acaba somatizando en procesos patológicos que pueden llegar a ser muy graves. Es la causa de un deterioro orgánico y psíquico que genera enfermedades, debilita el organismo y conduce a la depresión y a la neurosis. Y si el estrés va en aumento puede ser una espiral que te acabe dominando y acorte tu vida. Sin embargo, esta en tus manos controlar que el estrés no llegue nunca a ser excesivo de forma continuada.

Para salir de la espiral del estrés primero tienes que ser capaz de darte cuenta de que estás bajo su amenaza y de que necesitas un cambio en las actitudes con que te desenvuelves en la vida. Después tienes que convencerte de que este cambio es posible, de que puedes emprenderlo a cualquier edad, y de que no supone alterar tus actividades más importantes sino revisar tus pautas de comportamiento.

El gran objetivo de este cambio es liberar a tu cerebro del exceso de carga de trabajo que tiene que soportar tanto consciente como subconscientemente. Para ello tienes que seguir un programa de limpieza de tus esquemas mentales para que la información que genera tu actividad y procesa tu cerebro sea clara, simple y esté libre de contradicciones.

Necesitas revisar tus relaciones con la sociedad y simplificar tus esquemas de pensamiento y de actuación para que sean coherentes y más fácilmente digeribles por tu cerebro. Para ello tienes que seguir unas pautas que te hagan reflexionar en la buena dirección y te hagan tener confianza en ti mismo, una actitud controlada, y te proporcionen equilibrio emocional y paz interior.

Las ideas son la base del conocimiento

ideasLas ideas son la base del conocimiento. Las extraes de tu mente como se extraen las piedras de una cantera, y las repasas una y otra vez hasta que encajan en tu modelo de conocimiento y entiendes su relación con todo lo demás que conoces.

Unas veces las ideas van creciendo poco a poco hasta que adquieren consistencia, como si fueran sedimentos que deposita la corriente del pensamiento. Otras veces son elaboraciones rudimentarias que llegan de aluvión a tu conciencia y tienes que contrastarlas y refinarlas hasta que sean como cantos rodados que puedan acompañar a tu pensamiento.

Muchas de las ideas las compartes con la mayoría de la gente, como si en vez de crearlas las fueras descubriendo. Son ideas que permanecen intactas con el paso del tiempo y sirven de referencia a las corrientes colectivas de pensamiento. Son como rocas sólidas que dan base y fundamento.

Otras ideas que consideras importantes y te comprometes con ellas, son originales de tu propio diseño y para bien o para mal van dejando rastros de tu personalidad.

Algunas ideas son peligrosas porque encierran trampas de las que te puede ser difícil salir. Igual que hay ideas que aparentan ser sólidas pero están vacías y producen vértigo. Y hay una gran cantidad de pequeñas ideas que son como granos de arena que pueden bloquear el ánimo y dejar tu espíritu desierto.

Todas las ideas, incluso las tuyas propias, tienen su propia consistencia y pueden desafiar tus criterios. Si te obligas a defenderlas acabarás siendo esclavo de ellas. En cambio, si las dejas que se defiendan con su propia fuerza, podrás manifestarte con libertad e independencia y podrás valorar las que tienen más aceptación en la sociedad. Si tus ideas más personales son respetadas y la gente las hace suyas, estarás contribuyendo a enriquecer la sociedad y darás más contenido a tu existencia.